Ahora hemos llegado en un momento de la temporada en que ya se han jugado suficientes partidos como para ocupar un puesto en la clasificación. Unos equipos estarán más contentos que otros, unos estarán cumpliendo sus espectativas y otros estarán por encima o por debajo de éstas. Pero al fin y al cabo, tanto si es ahora como a final de temporada, solamente uno será el primero de la clasificación, uno será el último, unos pocos harán las fases de ascenso, otros las fases de descenso y la mayoría habrán conservado la misma categoría.
Por encima de todos estos resultados está el proceso que cada equipo ha seguido para alcanzar su fín. Proceso que nos determinará cómo ha crecido el equipo al margen del resultado obtenido.
Es por eso que durante todo este proceso no nos debemos dejar llevar por los resultados de cada fin de semana, ya que ésto podría hacernos variar dicho proceso que todos los equipos técnicos han programado para que sus jugadores y el equipo crezcan.
Crecer es avanzar. Crecer es evolucionar. Crecer es obtener una versión mejorada de nosotros mismos y del equipo del que formamos parte.
Es por ello que podemos pasar "rachas" de victorias o de derrotas que nos coloquen en la clasificación en momentos puntuales de la temporada, pero no debemos perder nunca la perspectiva de nuestro trabajo.
Como jugadores, como entrenadores y como equipo debemos dejar de lado nuestro "ego" para poder crecer. Cada día que pasa, cada partido que jugamos, cada temporada que acabamos nos sirve para evolucionar y crecer en nuestro proceso y, en consecuencia, hacer crecer al equipo del cual formamos parte.
En baloncesto se dan situaciones de jugadores que anotan muchos puntos en partidos en que, al margen de la victoria o la derrota, se ha jugado por debajo de las posibilidades del equipo. A veces, estos jugadores están contentos con su estadística y lo único que consiguen es afianzar su ego, con lo que se están limitando a ellos mismos su capacidad de mejorar.
Lo único que nos permite avanzar día a día, entrenamiento a entrenamiento, temporada a temporada es luchar y trabajar cada minuto y cada segundo de nuestro proceso. De esta manera, disfrutaremos al máximo y, con toda probabilidad, obtendremos una mayor satisfacción al final del proceso porque habremos crecido como jugadores y como equipo.
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