sábado, 1 de octubre de 2011

ACTIVACIÓN PARA PARTIDOS DE BALONCESTO

Muchas veces los entrenadores nos preguntan si es mejor dar la charla antes de empezar la parte de activación o es mejor darla después de realizar algunos ejercicios. Bien es cierto que existen opiniones dispares acerca del tema, pero podemos comentaros lo que mejor vemos según nuestra experiencia.
En primer lugar, debemos pensar el objetivo que perseguimos con la charla, ya que no es lo mismo recordar conceptos tácticos (tanto propios como del equipo contrario) que intentar motivar a los jugadores para activar todos sus sentidos e intentar que salgan totalmente concentrados.
En segundo lugar, debemos saber el tiempo y el espacio de que disponemos para realizar la parte de activación. Esto lo podemos entender si pensamos que en muchas categorías (todas las amateurs) el espacio disponible puede ser el pasillo de la zona de vestuarios, una pista exterior e incluso la calle (con la dificultad añadida del frío invernal).
En principio, la parte de activación empieza, por norma general, de 40 a 45 minutos antes de empezar el partido, por lo que cualquier charla que se haga antes tendrá poco efecto para el partido, es decir, que los jugadores se acordarán relativamente poco de lo comentado una hora antes del partido. Sin embargo, sí que podría ser positivo que el entrenador reuniera a su equipo de 2 a 3 minutos para dar la señal de inicio del partido. Esto es sencillamente porque muchas veces se suele dejar el trabajo de activación como un conjunto de ejercicios motores que calientan el cuerpo y esto ya comentamos en un artículo anterior que no es solamente el objetivo.
Después de ese breve tiempo, podremos empezar una serie de movimientos dirigidos sin balón en los que se impliquen distintos movimientos articulares. Cabe señalar que la intensidad debe ser de menos a más, pero sin llegar a un nivel muy alto. De hecho, debemos dejar que cada jugador vaya siendo consciente del estado de su cuerpo, que a su vez dependerá bastante de su estado emocional.
Cuando terminemos ese tiempo, podemos realizar una serie de ejercicios para mejorar la propiocepción y la movilidad articular. Pensamos que nos ayudará bastante el trabajo con gomas y fitball pero cuidando de no realizar cargas excesivas e intentando evitar al máximo las posiciones totalmente estáticas. El trabajo de propiocepción recordemos que es muy utilizado en fisioterapia para la rehabilitación, por lo que es lógico pensar que nos puede ayudar mucho para EVITAR EL RIESGO DE LESIONES, objetivo principal de la parte de activación.
Seguidamente, es el momento de ir al vestuario para que el entrenador dé las últimas instrucciones e intente que los jugadores salgan absolutamente motivados al terreno de juego. Es evidente que esta parte no debe extenderse demasiado debido a que los jugadores se centran mucho más si las charlas son con instrucciones cortas y concisas. Aproximadamente, de 5 a 10 minutos suele ser adecuado.
No hay que preocuparse por el enfriamiento de los jugadores en esa parte ya que debe ser una charla que active al máximo el sistema neuronal, que a su vez activa el sistema locomotor.
Una vez se sale del vestuario, es el momento de realizar algunos ejercicios explosivos progresivos para poder empezar enseguida los ejercicios con balón.
Como comentario final, cabe señalar que de la misma forma que se prepara cada partido en función del equipo contrario, también debemos ser conscientes que la parte de activación la debemos adaptar en función de las condiciones en que nos encontremos y en función del estado de cada jugador. Así pues, teniendo unos parámetros claros debemos aplicar la mejor activación en cada partido más que tener una rutina cerrada de ejercicios.
Y lo más importante, QUE LOS JUGADORES VAYAN SIENDO PROGRESIVAMENTE CONSCIENTES DEL TRABAJO QUE TIENEN QUE DESARROLLAR EN EL PARTIDO DESDE QUE EMPIEZA LA PARTE DE ACTIVACIÓN.

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